La tecnología blockchain, conocida por su eficiencia en finanzas y criptomonedas, está desencadenando una reacción discreta pero significativa en el sector agrícola, valuado en $2.4 billones de dólares. La sinergia entre blockchain y el Internet de las Cosas (IoT) resalta como un catalizador.
La tecnología blockchain emerge como una solución efectiva para los desafíos de la cadena de suministro en la agricultura. Su impacto va más allá de las fronteras tradicionales, repercutiendo significativamente en la trazabilidad y transparencia. La colaboración entre las partes interesadas emerge como una garantía de calidad y precios justos, reduciendo la dependencia de intermediarios.
Ampliando su alcance, la tecnología blockchain se fusiona con la arquitectura de red definida por software (SDN), logrando una optimización crucial en la gestión de datos y la asignación de recursos. La seguridad también está en el centro de la atención, abordando las vulnerabilidades mediante contratos encriptados.
A pesar de estos avances, el epicentro de esta revolución sigue siendo la agricultura, donde el crecimiento proyectado de blockchain a $429.7 millones en 2023 indica un cambio de paradigma innegable.
Los desafíos persistentes, como la escalabilidad, interoperabilidad y privacidad de datos. La continuidad exitosa de blockchain depende, según sus palabras, del intercambio de datos y la automatización, en sintonía con los informes de McKinsey y el Foro Económico Mundial.
El informe respaldado por McKinsey en Forbes insta a alcanzar los $500 mil millones de valor en la agricultura mediante blockchain, haciendo énfasis en el intercambio de datos.
De forma paralela, las estadísticas de ReportLinker respaldan el ascenso de blockchain en la agricultura, proyectando un aumento significativo de $60.8 millones en 2018 a $429.7 millones en 2023.